Para las que preferían que nos quedáramos en nuestra comunidad autónoma, les tengo que decir: "fuera preocupación, fuera tristeza, fuera frustración". Madrid es una ciudad preciosa -aunque muy grande, eso sí-, llena de ofertas interesantes y en la que -lo intuyo- lo vamos a pasar muy bien, vamos a aprender mucho y, a través de nuestra convivencia, vamos a sellar un pacto de eterna amistad. ¡Nunca nos olvidaremos de "ese sexto del Victoria Eugenia"!
Ya he comunicado a Mamen, la trabajadora de la agencia de viajes, la decisión para que vaya realizando las gestiones oportunas. A la vuelta de navidades tendremos que ingresar 60 € por persona para contratar formamelmente el viaje (ya mandaré un papelito para informar más ampliamente). Por lo pronto, madres y padres, vayan pidiendo a los Reyes Magos que descuenten esta cantidad de juguetes, maquinitas y demás chucherías... ¡El viaje de estudios también es un regalo!
PARA ABRIR BOCA
El escudo de Madrid
Tiene su origen en la Edad Media. Alfonso VIII en el año 1212 ya usaba la figura del oso en los estandartes de su ejército. Parece ser que el oso era una especie muy abundante por aquellas tierras. Las estrellas aparecen por la creencia, según las crónicas de la época, que el rabo del oso señala la dirección de la estrella polar. El árbol y los pastos representan el acuerdo que firman el Concejo de Madrid y la Clerecía (representantes del clero) en el año 1222, por el cual se reparten las tierras. La corona aparece en el año 1544, gracias a una distinción que el emperador Carlos V concede a la nobleza de Madrid.
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